Colegio Manuel Belgrano
92 años
Sembrando y cosechando amor
Tenemos la oportunidad de ser parte de una porción de estos 92 años del querido
CMB.
Al sentarme a escribir esta nota surge inexorablemente el recorrido de estos 18 años de vida compartida: familia – colegio; colegio –familia.
Todavía guardo el momento en que crucé la puerta de Cuba y me encontré con el Hermano Gabriel, quien me pidió que esperara al Hermano Aldo, para inscribir al mayor de mis hijos. Llevaba al segundo en mi vientre y enseguida llegaría el más chiquito. ¡Qué momento! La elección del colegio de los hijos no es tarea fácil: ¡qué responsabilidad!
Con el tiempo ingresamos al Jardín; y lo digo de esta forma, porque allí no más comenzamos a participar como familia de la vida del colegio.
Primero Elena, colaboradora y formadora incasable de hábitos en nuestros hijos.
Más tarde Marta: cuánto tenemos que agradecerte, por abrir tu corazón y brindarte generosamente.
El colegio no es una realidad abstracta sino concreta en las personas que formamos parte de él. Nos ha acompañado en nuestra vida de familia.
La Capilla, el Sagrario, el Patio, el Poli, el Salón del Hermano Francisco han sido testigos de muchas vivencias importantes de nuestra vida familiar. Hemos compartido alegrías, crecimiento espiritual, personal y familiar. .. Y en los momentos difíciles pudimos ser reconfortados por una misa, una oración, un abrazo, una escucha generosa o una palabra amiga.
Inscribimos a los chicos en un colegio de varones. Con el paso de los años, llega el Hermano Eutimio; las aulas se repueblan y llegan las niñas. Pudimos aprender y comprobar que los primeros se vuelven más tiernos y las chicas se simplifican.
¡Qué bueno es poder decirles a nuestros hijos: cuánto los ama y cuánto los escucha Dios! Rezábamos para que el Beato Marcelino llegue a ser Santo y hoy celebramos la Fiesta de San Marcelino.
¿Quién iba a pensar que esos primeros tres alumnos inscriptos se multiplicarían hasta 2000?
Y que el colegio que formaba parte de esa tranquila Ciudad de Belgrano, estaría hoy en el Barrio más populoso de la Ciudad.
Festejamos aniversarios importantes del Colegio Grande y del Jardín.
Hoy llegamos a la celebración de los 92 años de su fundación. Con mayor o menor conciencia de ello: todos los días refundamos nuestro colegio; desde el cálido saludo de la mañana hasta el “hasta mañana si Dios quiere”.
Hoy, inmersos en el tiempo que nos toca vivir, se nos plantean nuevos desafíos. El colegio también es partícipe de ello. Los enfrentamos con valentía como una comunidad que aprende y que está abierta a los cambios.
¡Gracias a todos los que nos han acompañado en esta porción de vida compartida!
¡Gracias a aquellos educadores que enseñaron y modelaron el corazón de nuestros hijos!
¡Gracias a aquellos que cultivan y afianzan la Misión Compartida!
¡Gracias a aquellos Hermanos que se atrevieron al sueño de educar!
¡Gracias San Marcelino Champagnat, por tu carisma!
¡Qué vivan los 92 años, sembrando y cosechando amor!